Había una vez una tela que gritaba desde una parada de un mercado de Barcelona. Estaba cansada de tener otros rollos encima que no la dejaban destacar. Un sábado, pasó por delante una personita a la que le gustaba mucho coser y escuchó su llamada de auxilio.
Se acercó a ella, puso su oído encima y pudo percibir unos susurros que decían: Llévame contigo, por favor. Siempre quise ser un cárdigan, y quiero cumplir mi sueño.
Dicho y hecho. Una parte de ella acabó haciendo un viaje en una bolsa verde de plástico hasta Castelldefels, donde unas tijeras muy brillantes empezaron a darle forma.
Pero, oh, cuánta desdicha! Una vez hilvanada, se miró en el espejo y no se gustó nada de nada. Tenía demasiada caída y se veía deforme.
Pidió ayuda a su compradora, que tras pensar un rato le dijo: "No te preocupes, pequeña. Te vas a convertir en un jersey". Unió el delantero, cogió una pinza en la espalda para entallarlo, frunció sus costados e hizo un cuello en V.
Ambas pronosticaron, a partir de aquel momento, que pasarían muchos días juntos. Y fueron felices para siempre.
Y rumín, rumado, este cuento se ha acabado.
Fin.
Que guapas las dos protas de tu cuento!!!
ResponderEliminarFLI-PO!!!!! Xulíssim!!!!!!
ResponderEliminarQue chula! Al final te ha quedado genial.
ResponderEliminarBonito cuento! :D
ResponderEliminarQue chula!!
ResponderEliminarPues preciosa, desde luego merecieron la pen las vueltas
ResponderEliminarjajajajaja
ResponderEliminarme encanta como ha quedado!!
Me encanta el fruncido lateral!
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